Análisis de la Imagen
Un sol con ROSTRO HUMANO inunda el cielo de rayos dorados, doce rectos y doce curvos surgen de su esfera, produciendo la influencia de los arquetipos en el tiempo, en el espacio y en las formas. Un muro de piedra SEPARA dos mundos, el ilusorio y siempre cambiante, y el real en el que prevalece la sencillez, la alegría y el DOMINIO natural de la fuerza universal. El niño de El Sol, tiene el sol a su espalda, él está más allá del muro de la mente en el que la influencia solar crea divisiones y diferencias. Asomados al muro gris aparecen los DIFERENTES REINOS en forma de cuatro girasoles que a su vez muestran sus abundantes pétalos, insinuando la multiplicidad de criaturas que cada uno de ellos genera. El niño simboliza la CONCIENCIA que ha trascendido la mente y sus divisiones, por esa razón luce una corona y una pluma roja. El caballo es el tiempo dominado, y su gesto de brazos abiertos representa la infinita alegría y el EQUILIBRIO que entre dos tiempos supone el eterno presente.